miércoles, 6 de abril de 2011

NELSON MANDELA EL HOMBRE LIBRE



Político sudafricano (Umtata, Transkei, 1918 - ). Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.

En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud (presidida por Mandela en 1951-52) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas.

En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.

En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.

El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.

Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.

En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.

Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años, su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el ANC.

Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.







EL EVASOR DE HOY:

EL CHEF EXTREMO



LA NO VIOLENCIA DE MAHATMA GANDHI



(Mohandas Karamchand Gandhi; Porbandar, 1869 - Delhi, 1948) Pensador y líder del nacionalismo indio. Es la personalidad indígena más relevante de la historia india contemporánea. Domina la escena política y social de la India durante la primera mitad del siglo XX. Valioso legado de su actividad encaminada al bien de sus compatriotas y a la independencia de su país en el marco de una extraordinaria concepción filantrópica y humanitaria, ha quedado la obra titulada por él Historia de mis experiencias con la verdad (que en su primera redacción data de unos veinte años antes de su muerte), una mole ingente y varia de artículos publicados en revistas y periódicos, numerosos discursos oficiales pronunciados en la India y en Inglaterra y las abundantes alocuciones de carácter familiar y paternal dirigidas al pueblo y cuyo vivo y religioso recuerdo se mantiene todavía.

Pasó la infancia en un ambiente familiar ordenado y recogido que dejó en él una huella indeleble. Su padre era funcionario estatal de grado elevado y su madre conservaba una fe religiosa apasionada y operante que se remontaba a las antiguas y sagradas tradiciones brahmánicas e hindúes. Después de haber seguido en su patria un curso regular de estudios y cuando tenía cerca de veinte años, mantuvo durante tres años un primer contacto directo con la cultura occidental, viviendo en Londres, donde esperaba perfeccionarse en los estudios jurídicos.

Regresó después a la India; pero no permaneció allí mucho tiempo. Los ideales que guiaron toda su vida y que se identifican con un ardiente amor a la India (cuya antigua civilización y algunas épocas gloriosas de su historia trimilenaria se le aparecían como firmes bases para la deseada unión nacional) y una necesidad innata de llevar a cabo la difícil misión con un espíritu de amor y caridad hacia la humanidad entera, comienzan a revelarse públicamente con el generoso impulso con que Gandhi -habiéndose trasladado en 1893 al África meridional- se dedicó a realizar la obra de redención y de elevación moral y social de muchos millares de indios allí residentes.

Numerosas y variadas fueron sus iniciativas humanitarias; instituyó colonias agrícolas y hospitales, y, sobre todo desde entonces, trató de eliminar las castas y religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones y en sus inevitables choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica inauguró un método de lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a la persona humana y evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso en práctica el "satyagraha" ("obstinación por la verdad"), conocido en Occidente con el nombre de "resistencia pasiva".

Regresó a finales de 1914 a la India, donde llevó una vida retirada hasta 1918, término de la primera Guerra Mundial. A partir de este año, Gandhi fue prácticamente el jefe del movimiento nacionalista. Su bandera, al principio la simple "autonomía", que toma su base de la "autonomía económica" a la que se llega mediante la "no colaboración" y después con la "desobediencia civil", pasa a ser en fin el símbolo de la "independencia nacional" ("svaraj").

1920 señala una fecha importante en la vida de Gandhi, porque fue precisamente en este año, en ocasión de la sesión extraordinaria del Congreso Nacional Indio en Calcuta y en la ordinaria celebrada poco después en Nagpur, cuando Gandhi obtuvo un gran éxito personal, por cuanto en la primera fue aprobada y en la segunda ratificada la puesta en práctica de una gradual resistencia pasiva, deseada y ardientemente propugnada por Gandhi.

Se convierte entonces en primerísima figura, no sólo en el seno del Congreso, sino en toda la India; y a este año se remonta el título de "Mahatma", que el mismo pueblo le confirió en un impulso espontáneo de entusiasmo y de devoción; y dicho apelativo, que significa literalmente "el magnánimo" y alude a sus dotes de "profeta" y de "santo" que las masas le reconocían, lo glorifica y lo señala para la posteridad.

Los períodos sucesivos de la vida de Gandhi muestran una ininterrumpida serie de episodios durante los cuales continuó su actividad política, con pausas más o menos largas pasadas en duras prisiones. De 1930 es una vigorosa llamada directa al pueblo, redactada por entero por Gandhi y sancionada por el Congreso; llamada en la que se siente vibrar toda la pasión y todo el amor de Gandhi por su tierra madre y su anhelo por liberarla de la dominación extranjera. De aquel mismo año es su valerosa actuación contra las leyes del monopolio de la sal y su memorable marcha de tres semanas, osada y simbólica al mismo tiempo, realizada en medio del entusiasmo irrefrenable de las muchedumbres a lo largo del recorrido que separa la ciudad de Ahmedabad de la pequeña localidad costera de Dandi.

A finales de 1931 participa en Londres en la segunda conferencia de la Mesa Redonda. Pero la conferencia marcó un fracaso para la causa india. Vuelto a su patria, Gandhi vivió durante algunos años apartado de la política oficial; pero dedicado a su apasionada atención a los problemas sociales, especialmente al concerniente a los "intocables". Reapareció en la escena política en 1940, durante la segunda Guerra Mundial, y con indómita constancia, continuó luchando -siempre inerme- por aquellos ideales de cuya fe nunca se apartó; y así mantuvo una esperanza inquebrantable hasta el día de su sacrificio.

Gandhi ha sido jefe y maestro de su pueblo y lo ha guiado a la consecución de la meta que había soñado ardientemente. Gandhi vio la India independiente, aunque no se haya verificado su deseo de fundir hindúes y musulmanes en unitaria convivencia. Y, ciertamente, ello constituyó una espina, a la que se añadieron las amargas desilusiones y dolores por las violencias y los estragos que acompañaron al nacimiento de la Unión India y del Pakistán.

Extraordinaria figura de asceta indio, Gandhi no pasó su existencia en el tradicional eremitorio solitario, sino que fue impulsado por su infinito amor a su tierra madre y a sus hermanos a vivir -excepto algunos breves paréntesis- en medio del mundo y a practicar sus virtudes ascéticas, aun permaneciendo en contacto con gobernantes y métodos políticos del pleno siglo XX. El amor ("ahimsa") fue su arma política, y se nos aparece totalmente dominado por aquel sentimiento de bondad y de afectuosa dulzura que es la nota dominante del Visnuísmo.

Sus repetidos y dolorosos ayunos (realizó dieciséis, el último de ellos pocos días antes de su fin en un intento de conseguir la paz religiosa de toda la India) eran la prueba de una completa entrega a su causa y consiguieron la devoción de las masas; su palabra apasionada las entusiasmaba, sus plegarias y sus invocaciones al dios Raro, recitadas en público, conmovían y arrebataban al auditorio. Actuó políticamente siguiendo medios que estaban en neto contraste con la práctica dominante, consideró despreciable el principio según el cual el fin justifica los medios, principio que muchos siglos antes, un maestro indio de política, Kautilya, había exaltado y puesto en práctica con un realismo sin escrúpulos.

Pero el método, diríamos evangélico, predicado y realizado por Gandhi consiguió el deseado triunfo. El desconsolado anuncio hecho a las gentes de que el padre ("bap") había muerto, el dolor del pueblo impresionado por la noticia del trágico fin, la consagración de sus cenizas, sumergidas religiosamente en numerosos ríos sagrados del inmenso país, revelaron al mundo que la India había perdido a su más grande santo de la Edad Moderna.











EL EVASOR DE HOY:

PORTEROS HECHIZOS